OBESIDAD Y SOBREPESO MATERNO SE ASOCIA CON MAYOR INCIDENCIA DE MALFORMACIONES CARDIACAS CONGÉNITAS
Fuente: MEDSCAPEUn estudio nacional realizado en Suecia aclara el papel que desempeñan el peso materno excesivo y el incremento de las tasas de algunas malformaciones cardiacas congénitas en niños.
"Está bien establecido que la obesidad materna aumenta los riesgos de complicaciones graves del embarazo, incluidas las malformaciones cardiacas congénitas. Sin embargo, hasta ahora no se ha aclarado si la obesidad materna se asocia a riesgos de malformaciones cardiacas específicas y complejas", señaló la autora del estudio, Dra. Martina Persson, Ph. D., del Karolinska Institute, en Estocolmo, Suecia.
Los investigadores encontraron un incremento de las tasas de malformaciones cardiacas congénitas en todas las categorías de mayor índice de masa corporal materno, de tal modo que los riesgos de comunicación interauricular y conducto arterial persistente aumentaban de manera estadísticamente significativa con la gravedad del sobrepeso y la obesidad de la madre en un patrón de dosis-respuesta.
"El periodo más importante para el desarrollo de órganos fetales comprende las primeras ocho semanas del embarazo", indicó la Dra. Persson. "Por tanto, a las mujeres en edad de procrear, idealmente se les debe informar de los riesgos de la obesidad en el embarazo y ofrecerles apoyo para que alcancen su peso normal antes de la concepción".
Los resultados del estudio fueron publicados el 7 de enero en Journal of the American College of Cardiology.
Para este análisis los investigadores utilizaron registros de salud nacional, con el fin de calcular los cocientes de tasas de prevalencia (PRR) de cinco malformaciones cardiacas congénitas complejas y siete específicas diagnosticadas en los primeros 5 años de vida, en 2’050.491 nacidos de embarazos únicos en Suecia entre 1992 y 2012. En modelos multivariables se ajustaron los cocientes de tasas de prevalencia con respecto a factores maternos, género de la descendencia y año de nacimiento.
Un total de 28.628 (1,4%) niños tuvo por lo menos una malformación cardiaca congénita. Como se esperaba, las tasas de malformaciones cardiacas congénitas aumentaron en todas las categorías de mayor índice de masa corporal materno.
Tabla. Casos de malformaciones cardiacas congénitas según índice de masa corporal
Categoría de peso | IMC, kg/m2 | Tasa de malformaciones cardiacas congénitas, % |
---|---|---|
Peso normal | 18,5 - < 25 | 13,4 |
Obesidad | 25 - < 30 | 14,3 |
Obesidad de clase I | 30 - < 35 | 16,2 |
Obesidad de clase II | 35 - < 40 | 18,4 |
Obesidad de clase III | ≥ 40 | 21,6 |
Los riesgos ajustados de comunicación interauricular y conducto arterial persistente aumentaron con la gravedad del sobrepeso y la obesidad de la madre en un patrón de dosis-respuesta (p < 0,0001).
Específicamente, el cociente de tasas de prevalencia ajustado para la comunicación interauricular en la descendencia de madres con sobrepeso fue de 1,08 (intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 1,02 - 1,14); este aumentó a 1,65 (IC 95%: 1,34 - 2,03) en la descendencia de madres con obesidad de clase III. Por lo que respecta al conducto arterial persistente, los cocientes de tasas de prevalencia correspondientes fueron de 1,16 (IC 95%: 1,06 - 1,27) y 2,32 (IC 95%: 1,73 - 3,12), respectivamente.
Los cocientes de tasas de prevalencia para malformaciones de válvulas mitral, tricúspide y pulmonar aumentaron con la gravedad de la obesidad, pero este patrón no persistió en los análisis ajustados.
En general, no hubo relaciones entre índice de masa corporal y riesgos de comunicación interventricular, malformaciones de la válvula aórtica o malformaciones del ventrículo derecho, informaron los autores.
"Uno de los hallazgos nuevos e interesantes en el estudio de la Dra. Persson y sus colaboradores es la asociación de la gravedad de la obesidad materna con la mayor prevalencia de conducto arterial persistente en lactantes de término", comenta en un editorial adjunto el Dr. Adolfo Correa, Ph. D., del University of Mississippi Medical Center, en Misisipi, Estados Unidos.[2]
Aunque no es posible evaluar la naturaleza de esta asociación basándose en un solo informe, señaló que en uno de los estudios iniciales de casos y controles se demostró una fuerte relación entre conducto arterial persistente y diabetes mellitus gestacionalen lactantes nacidos de madres de por lo menos 30 años de edad, pero no en aquellas con diabetes pregestacional.
El presente estudio no estuvo diseñado para explorar posibles mecanismos fisiopatológicos; sin embargo, la obesidad materna se asocia a alteraciones metabólicas, un estado de inflamación leve, disfunción vascular y lesión oxidativa, señaló la Dra. Persson.
"Estas alteraciones metabólicas, inflamatorias y vasculares, pueden repercutir de manera adversa en el desarrollo, la expresión de genes y la función de la placenta con posible daño para el embrión", añadió.
Malformaciones cardiacas congénitas complejas
Aunque el equipo no encontró evidencia de relación dosis-efecto para la transposición de grandes arterias, hubo una relación con la obesidad de clase III, en comparación con peso normal (PRR: 1,85 frente a 1,00; p = 0,0013).
Se observó un incremento gradual en los cocientes de tasas de prevalencia ajustados de malformaciones del arco aórtico conforme se incrementó la gravedad de la obesidad materna, aumentando 30% desde un índice de masa corporal de peso normal hasta obesidad de clase I, e incrementándose casi al doble para la obesidad de clase III (1,00 frente a 1,32 frente a 1,87; p < 0,0001).
No se encontraron relaciones claras entre el índice de masa muscular materno y los cocientes de tasas de prevalencia de tetralogía de Fallot, anomalías del tabique auriculoventricular, o corazón univentricular, aunque el cociente de tasas de prevalencia del corazón univentricular aumentó en la descendencia de madres con obesidad de clase I, informaron los autores.
Hallazgos previos
Los patrones de asociaciones dosis-efecto para la gravedad de la obesidad materna y la prevalencia de comunicación interauricular y anomalías del arco aórtico en el estudio "por lo general son compatibles con los observados en estudios previos", señaló el Dr. Correa.
Aun cuando las interrelaciones para corazón univentricular o síndrome de hemicardio izquierdo hipoplásico, estenosis de válvula pulmonar y anomalías del tabique auriculoventricular no alcanzaron la significancia estadística, (posiblemente a causa del pequeño tamaño de la muestra para obesidad de clases I y II), los patrones observados indican una relación dosis-efecto compatible con estudios previos, añadió.
Sin embargo, los hallazgos para transposición de grandes arterias contrastan con los de un metanálisis reciente, mientras que los hallazgos para comunicación interventricular son congruentes con estudios previos, puntualizó el Dr. Correa.[3]
"En futuros estudios será útil incluir más detalles en relación con los sistemas de verificación y de clasificación utilizados, así como criterios de inclusión y exclusión para comunicación interventricular, a fin de facilitar comparaciones de hallazgos entre los estudios", indicó.
Las comparaciones de estudios se ven dificultadas por diferencias en diseño de estudio y poblaciones, así como diversas definiciones de exposición y desenlace, explicó la Dra. Persson. Además, se necesitan series de datos muy grandes para la estimación exacta de los riesgos. Asimismo, en un metanálisis reciente se informó que no había una relación clara entre el índice de masa corporal materno y el riesgo de comunicación interventricular.
Las limitaciones del estudio comprenden la falta de información sobre distribución del tejido adiposo, malformaciones en óbitos fetales, aborto espontáneo, abortos inducidos y consumo de alcohol y drogas por la madre durante el embarazo, dijeron los autores.
Los investigadores y el Dr. Correa estuvieron de acuerdo en la necesidad de investigación futura, en particular, de la importancia de la distribución del tejido adiposo endógeno para los riesgos de malformaciones cardiacas congénitas.
"Una mejor comprensión de los mecanismos subyacentes puede abrir nuevas posibilidades para prevención", añadió la Dra. Persson.
Los investigadores puntualizaron que a nivel mundial se proyecta que hacia el año 2015, 21% de las mujeres tendrá obesidad grave. En Suecia, la proporción de mujeres embarazadas con obesidad aumentó a 38% en 2014, aun con su estilo de vida ampliamente observado de lagom o "solo lo suficiente".
Sobre este tema, el Dr. Correa reiteró las palabras de Sir Michael Marmot, quien expresó: "Si deseas atacar la obesidad, entonces ataca los factores sociales que la determinan. Ataca la desigualdad".
Los autores del estudio y el Dr. Correa han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
FUENTE: SCIENCEDIRECT