DONACIÓN, PROCURAMIENTO Y TRASPLANTE DE ÓRGANOS
(El Estetoscopio)Dr. José Luis Rojas B., Coordinador Nacional de Trasplante, Departamento de Trasplante de Órganos y Tejidos. DIGERA, Subsecretaría de Redes Asistenciales, Ministerio de Salud.
Donar órganos es un tema universalmente sensible para una familia que horas antes perdió a un ser querido. Sin embargo, ¿por qué hay tanta variación en los índices de donación entre países? ¿Cómo se trabaja para instaurar una "cultura de la donación"?
La principal estrategia para incrementar la donación de órganos de un país es instalarla como una política sanitaria establecida dentro del sistema de salud. Eso permite el desarrollo de un trabajo consistente a nivel de los establecimientos de salud, de un modelo de pesquisa continua de pacientes potenciales donantes de órganos con profesionales entrenados y con dedicación exclusiva a esta actividad. Por otro lado, es necesario contar con una política sanitaria que promueva el trasplante con cobertura y acceso universal hacia la población con listas de espera únicas, nacionales y transparentes.
Los países que logran tener un sistema de donación de órganos eficiente asociado a un acceso universal al trasplante, transmiten a la población confianza, que es la principal limitante de la población a la donación. Cuando vemos que el 50% de las familias entrevistadas rechazan la donación y existen cerca de 4 millones de chilenos inscritos como no donantes, y analizamos las causas de esta negativa, la mayoría transmite desconfianza, ya sea al sistema sanitario o al sistema de donación de órganos. Por lo tanto, el trabajo comunicacional debe estar ligado, en primer lugar, a informar a la población sobre cómo funciona el sistema de donación de órganos del país y, en paralelo, un trabajo educacional de largo aliento, desde los colegios, que permita instalar el tema como algo habitual y cuyos frutos se debieran observar a largo plazo (15-20 años).
En el caso de que un niño sea un posible donante, ¿cómo se aborda el tema con los familiares para que éstos acepten la donación?
En general, el enfrentamiento para toda familia que se ve afrontada a la pérdida de un ser querido y que se le plantea la posibilidad de ser donante, es en el marco de mayor respeto y confidencialidad. Se les escucha extensamente para evaluar si han comprendido y asimilado lo que está ocurriendo (el fallecimiento de su familiar) y posteriormente se establece una relación de ayuda con el objetivo de que acepte lo ocurrido.
En los casos de pacientes pediátricos, este abordaje puede tornarse difícil y extenderse por algunas horas ya que, a diferencia del donante adulto que ha dejado en vida su manifiesto de voluntad, se debe apelar a la solidaridad de los padres por aquellas familias que con motivo de una enfermedad tienen un hijo cuya única oportunidad de tratamiento es un eventual trasplante.
El hecho de que la pérdida de un hijo pueda adquirir un sentido ayudando a otros niños se ha visto que contribuye a la construcción de un duelo mucho más sanador para las familias que han aceptado la donación de un paciente pediátrico.
Los niños que necesitan un trasplante, ¿tienen prioridad ante los adultos en términos generales o solo en determinados casos?
En términos generales, para la mayoría de los trasplantes los receptores pediátricos tienen prioridad en la lista de espera. Al mismo tiempo, los donantes pediátricos, en general, terminan beneficiando a receptores también pediátricos.
¿Existe algún tipo de fundación u organismo que incentive la donación?
Junto a la Coordinadora Nacional de Trasplantes del Ministerio de Salud, existe la Corporación del Trasplante, ONG que por cerca de 20 años estuvo a cargo del sistema de donación de órganos del país y que actualmente concentra sus esfuerzos hacia promover la donación de órganos, trabajo con familiares de donantes y pacientes trasplantados.
¿Existe contacto posterior de la familia donante con la familia receptora? ¿Sería esto recomendable o útil?
Tanto el paciente receptor como la familia del donante, están sometidos a cargas emocionales sumamente fuertes, propias de la etapa que están enfrentando (la recuperación del receptor y el duelo del donante), de ahí que la recomendación a nivel mundial es que no exista contacto posterior entre ambos.
Nuestra ley de trasplantes, a contar de 2010, prohíbe expresamente la entrega de información que pueda generar que tanto donante y receptor se conozcan. Es así como se mantiene la donación de órganos como un acto generoso, altruista y anónimo.