NIÑOS EN LA PISCINA: ¡SIEMPRE CON SUPERVISIÓN DE LOS PADRES!
Fuente: Diario Mi Hijo Ed.99Con el calor también comienza la temporada de piscinas, y debes tener cuidado con tres cosas: el sol, las infecciones y, sobre todo, los accidentes. Debes moderar la exposición al sol, evitando las horas centrales del día y utilizando siempre bloqueador solar. En niños, ancianos y personas con mayor sensibilidad al sol, utiliza siempre bloqueadores con alto factor de protección, e incluso gorros y poleras con filtro UV si es posible.
Normalmente, las piscinas son de uso compartido y aunque se utiliza cloro para la desinfección, su acción puede no ser inmediata.
Varios consejos:
- Hay que ducharse antes y después de entrar a la piscina para evitar infecciones e irritaciones.
- Si tu hijo usa pañales, no lo sumerjas más allá de sus pies, y nunca si está hecho caquita.
- Enseña a tus hijos a no orinar en la piscina; para eso están los baños habilitados.
- También hay que evitar que le entre agua a la boca y, sobre todo, tragarla.
- Se recomienda utilizar lentes para el agua para evitar irritación ocular.
- Para evitar la infección por hongos se aconseja lavarse y secarse los pies antes y después del baño. También es conveniente el uso de chalitas en las duchas de los camarines.
- Si vas a una piscina pública muy concurrida, a veces la cantidad de cloro es muy alta y puede generar abrasiones en la piel y problemas en los ojos, por lo que es recomendable una ducha al salir, antes de ir a tu toalla.
Respecto de los accidentes, se debe tratar de minimizar el riesgo de sufrirlos. Los más frecuentes son torceduras o contusiones, pero también existen otros más graves que se asocian con la imprudencia. Evita que corran en las proximidades de la piscina, especialmente si el piso está muy mojado. Se recomienda no lanzarse de cabeza (piqueros o clavados) si no se conoce la profundidad de la piscina, especialmente desde toboganes o trampolines. También evitar las “bombitas” si hay muchos niños en el agua, así como los juegos violentos, como hacer “chinitas”, tanto dentro de la piscina como en las proximidades del borde de la misma.
También evita que tus hijos entren al agua antes de dos horas después de haber comido, y lee y cumple las recomendaciones de los salvavidas, y sigue siempre las normas de higiene y prevención de accidentes. No permitas que un momento de alegría se transforme en un mal rato o, peor aún, en una tragedia.
Y, LO PRINCIPAL: no pierdas nunca de vista a tus niños, aunque sepan nadar o estén equipados con chalecos salvavidas.
¿Son seguros los flotadores como cámaras de neumático y “alitas”?
Las piscinas, lagos, playas y parques acuáticos son un panorama ideal para combatir el calor. Sin embargo, para que un momento divertido no se convierta en una tragedia, ante todo, los padres o algún adulto responsable deben estar alerta ante los potenciales peligros, lo que significa prestar atención permanentemente mientras los niños están en el agua o cerca de ella. El uso de flotadores es necesario, pero no suficiente: pueden generar una falsa sensación de confianza, pero son dispositivos que no reemplazan la vigilancia familiar. Es fácil que te despreocupes si tu hijo lleva algún flotador, dejando de prestar la atención necesaria, lo que conlleva a riesgo de accidente no controlado. Por este motivo, además de los elementos de seguridad que use un niño, es importante que siempre esté vigilado por un adulto y, en el caso de que éste no se bañe con él, debería estar vigilándolo constantemente desde la orilla o a corta distancia.
Los flotadores tipo “cámara de neumático”, NO son seguros. Es probable que, al jugar, tu hijo logre dar la vuelta al flotador o se escurra por el agujero hasta quedar sumergido en el agua. Si justo en ese momento estamos mirando para otro lado, la vida del pequeño correrá peligro. Por otra parte, las alitas pueden pincharse fácilmente o, si no son del tamaño adecuado, es muy probable que se salgan cuando el niño levante los brazos.
Los flotadores inflables, entre otros las “alitas”, NO ayudan a los niños a la hora de aprender a nadar, pues limitan mucho el movimiento de los brazos y otras partes del cuerpo y, cuando no los tienen puestos, no saben muy bien cómo moverse para flotar y desplazarse. Por lo tanto, desde la Sociedad Chilena de Pediatría recomendamos evitar su uso, prefiriendo otras alternativas más seguras y que no limitan el proceso de aprendizaje de nadar.
Algunas buenas alternativas
Con el tiempo han ido apareciendo nuevos elementos más seguros para los niños y más adecuados para que puedan aprender a nadar:
- El “tallarín”: es un largo cilindro de espuma que ayuda a los niños a flotar sin que esté sostenida al flotador ninguna parte del cuerpo, ya que son los niños los que deben agarrarse. Es muy bueno para aprender a nadar, pero no para dejarlos solos. ES MUY IMPORTANTE QUE UN ADULTO ESTÉ EN EL AGUA CON EL NIÑO o que el niño ya tenga algunas nociones de nado.
- Cinturones o pecheras: permiten que el pequeño pueda flotar y, a medida que vaya moviéndose mejor por el agua, se les puede ir retirando poco a poco. El cinturón va agarrado por la cintura y el tórax, no por las axilas, por lo que les obliga a estar más pendientes de la posición y, en definitiva, les ayuda a ser más hábiles en el agua.
- Flotadores integrados: son parte del traje de baño, por lo que se es imposible que se salgan y ayudan al niño a flotar, dejándole libertad para mover brazos y piernas.
- Chalecos salvavidas: son muy efectivos para mantener la flotación y muy seguros cuando su ajuste es el adecuado, con un tamaño apropiado para el niño y que cuenten con una correa inferior de entrepierna que permita que no se suban. Eso sí, pueden ser un poco incómodos para enseñar a nadar, porque también pueden limitar el movimiento.