DOLOR DE OÍDOS: SU TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN
Fuente: Diario Mi Hijo Ed.80El dolor de oídos es muy molesto, tanto para niños como para adultos. El problema es que, cuando los niños son muy chiquititos, no saben decir qué es lo que les duele para poder ayudarlos…
Muchas veces, el dolor de oídos aparece bruscamente durante la noche, y el bebé se queja y llora de forma imprecisa pero muy evidente y no puede conciliar el sueño. Su tratamiento será clave para aliviar las molestias y evitar que esto se repita constantemente.
¿Por qué duelen los oídos
La mayoría de los dolores de oído se deben a congestión de los conductos que permiten ventilar el oído, llamada Trompa de Eustaquio, como ocurre cuando estamos resfriados o viajamos en avión. Por lo tanto, se alivian espontáneamente a las pocas horas, o hasta 2 a 3 días, según la causa.
Pero, como a veces pueden ser causadas por alguna infección u otra causa más seria, recomendamos que visites al pediatra para que examine a tu hijo, especialmente si el dolor se acompaña de fiebre, el dolor es muy persistente o le sale algún líquido desde el conducto auditivo.
Según la edad y los hallazgos al examen, el tratamiento que puede recibir será desde medidas muy sencillas, como algún analgésico y calor local, hasta recetar antibióticos o pedir exámenes complementarios.
¿Qué es la otitis?
Habitualmente le llamamos otitis al dolor de oído que acompaña a una infección, pero esto no siempre es así. El correcto tratamiento es fundamental para evitar que se administren medicamentos que no son necesarios, que el bebé genere bacterias resistentes, o que se faciliten condiciones que produzcan otitis a repetición, que pueden afectar la capacidad auditiva y que son más difíciles de curar.
Tipos de otitis
Existen diferentes tipos de infecciones del oído. Cada uno tiene una combinación diferente de síntomas.
- Otitis externa: es la irritación del conducto auditivo por acción mecánica (por ejemplo, por lesiones provocadas por introducir varitas u objetos con punta o aquellas ocasionadas por tapones de cerumen), química (por ejemplo, por acción de líquidos irritantes como cloro o colonias con alcohol) o, mas raramente, por infección. Rara vez cursa con fiebre.
- Otitis media aguda (OMA): es la infección del oído más común. Partes del oído medio se infectan e inflaman y hay líquido atrapado detrás del tímpano. Esto produce el dolor de oído. En ocasiones el niño puede presentar fiebre.
- Otitis media con efusión (OME): a veces se presenta después de que la infección del oído ha pasado porque quedó líquido atrapado detrás del tímpano. Es posible que un niño con OME no tenga síntomas, pero el médico puede ver el líquido detrás del tímpano usando un instrumento especial. A veces también puede ocurrir por mal funcionamiento de la Trompa de Eustaquio.
- Otitis media crónica con efusión (OMCE): se presenta cuando queda líquido en el oído medio por tiempo prolongado o cuando el líquido aparece una y otra vez, aunque no haya infección. La OMCE dificulta que el niño pueda luchar contra otras infecciones y podría afectar también su capacidad auditiva.
¿Cómo puedo saber si un niño tiene una infección del oído?
La mayoría de las infecciones del oído se presentan cuando los niños todavía no saben hablar. Si un niño no puede aún decir “me duele el oído”, puedes observar uno de los siguientes signos:
- Se lleva la mano a la(s) oreja(s) y tira de ella(s).
- Se siente molesto y llora.
- Tiene problemas para dormir.
- Tiene fiebre (especialmente en bebés y en niños pequeños).
- Está drenando (saliendo) líquido del oído.
- Se mueve torpemente o tiene problemas de equilibrio.
- Tiene problemas al escuchar o responder a tonos suaves.
¿Cómo prevenir la otitis?
Si vas con niños a la playa o a la piscina, es recomendable que utilicen gorro o tapones en los conductos auditivos para nadar, así como evitar la humedad en el conducto, especialmente después del lavado de cabeza, por ejemplo, para evitar lesiones del oído externo.
No se recomienda realizar una limpieza enérgica de conducto auditivo ni el uso de los llamados “cotonitos”. No es necesario limpiar el oído a diario, y cuando se haga limitarse a la zona de la entrada del conducto y los pliegues de la oreja.
Incluso considerando lo anterior, debes saber que los tres mejores consejos para prevenir la otitis son:
- Que la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida ayuda a prevenir la otitis.
- Que mantener una correcta hidratación asegura un cerumen fluido y fácil de empujar hacia afuera por parte de los pelitos del conducto auditivo.
- Que debes evitar el uso de “cotonitos” o varillas para limpiar el oído, así como evitar el uso de gotitas, analgésicos y antibióticos sin indicación médica.