DIETA VEGETARIANA ¿ES ADECUADA PARA LOS NIÑOS?
Fuente: Diario Mi Hijo Ed.77Una persona vegetariana es aquella que, por determinas convicciones o gustos personales, se abstiene de comer todo tipo de carne, a lo que se suma en grupos más radicales la ausencia de pescado, mariscos y otros derivados de animales como huevo y leche.
A los 6 meses de edad, el niño inicia la alimentación complementaria a la leche materna y ya desde los 10 meses al año de edad está incorporado a la alimentación de la casa, comiendo lo mismo que el resto de la familia. Pero, ¿qué sucede si los papás son vegetarianos? ¿Sería adecuada para un niño una dieta en la que no se coma carne, huevos ni pescado?
Hay distintos tipos de vegetarianos, dependiendo de si consumen o no otros productos animales, como los huevos, leche, queso o miel o pescados y mariscos. A quienes consumen estos alimentos derivados se les define como “ovo-lacto-vegetarianos”. Si solo se agrega la leche, se les llama “lacto-vegetarianos”. Y quienes no comen ningún producto, subproducto o derivado de origen animal, son denominados “veganos”.
Hay que recordar que los procesos metabólicos de un niño, un adolescente y un adulto no son iguales, por lo tanto, la dieta vegana, que es muy restrictiva en nutrientes críticos, no es recomendable a edades de gran crecimiento debido a que no es fácil hacerla equilibrada y que contenga todos los nutrientes que niños y adolescentes necesitan para desarrollarse apropiadamente. Ahora bien, si la familia decide practicarla, sea vegana, lacto-vegetariana u ovo-lacto-vegetariana, la dieta deberá estar bien diseñada y supervisada por profesionales de la nutrición para recomendar las suplementaciones necesarias para asegurar que se cubran todas las necesidades de bebés, niños y adolescentes que aseguren su crecimiento normal.
¿Cómo hacer que la dieta vegetariana sea saludable para un niño?
La recomendación general es que los niños y adolescentes coman de todos los grupos de alimentos en las proporciones que están en las Guías Alimentarias nacionales, por lo que no es recomendable dietas restrictivas en estas edades. Si finalmente, y pese a las recomendaciones, la familia decide por una dieta vegetariana, lo ideal es que sea de la versión ovo-láctea y que incluya productos del mar. Pero cualquiera de éstas, para que sea suficiente debe ser equilibrada y contener todos los nutrientes que el organismo necesita, por lo tanto, debes asegurar el consumo de alimentos con suficientes minerales (hierro, calcio), vitaminas D y B12, así como el aporte de proteínas, zinc y ácidos grasos esenciales.
Frutas, frutos secos, vegetales como legumbres, granos, y soya pueden ayudar, junto a un complemento vitamínico. Todo depende de cómo equilibres la relación entre proteínas, grasas e hidratos de carbono necesarios para tu organismo. Lo recomendable es asesorarse siempre con un profesional de la nutrición.
Crecimiento y desarrollo de los niños
Cuando se opta por imponer una dieta restrictiva a un niño o niña, lo primero que hay que hacer es consultar con el pediatra para poder seguir una asesoría nutricional y asegurarte de que el cambio no afectará de forma negativa su crecimiento y desarrollo. Según los expertos, los niños pueden seguir una dieta vegetariana siempre y cuando cuente con asesoría nutricional y el adecuado suplemento de nutrientes críticos. Y cuando una madre que amamanta sigue una alimentación vegetariana, es de vital importancia que reciba suplementación con fierro, vitamina D, vitamina B, Zinc y ácidos grasos.
Claves para la alimentación de un niño vegetariano
Para que la alimentación del niño vegetariano cubra sus necesidades energéticas y de nutrientes, se proponen las siguientes claves:
- Siempre pedir la supervisión del pediatra y/o nutricionista.
- Tratar de optar por la ovo-láctea-vegetariana.
- Intentar agregar alimentos del mar: pescado y mariscos.
- Consumir algunos alimentos refinados (como cereales de desayuno enriquecidos, pan y pastas), y alimentos ricos en grasa no saturada.
- Enfatizar el uso de buenas fuentes de calcio, hierro y zinc junto con prácticas dietéticas que faciliten la absorción de zinc y hierro a partir de alimentos vegetales (alimentos ricos en vitamina C como naranja o tomate, junto a fuentes de hierro como lentejas, por ejemplo).
- De parecer necesario, utilizar suplementos de vitamina D, de vitamina B12, hierro y zinc, supervisado por el pediatra o nutricionista.