EGOÍSMO CON LOS JUGUETES: “ESO ES MÍO, MÍO Y MÍO”
Fuente: Diario Mi Hijo Ed.62Aunque los niños no suelen ser egoístas por naturaleza, aprender a compartir es una de las habilidades sociales más difíciles de enseñar y requiere de mucho tiempo, paciencia y reforzamiento. Cuanto más pequeño es un niño o niña, más le costará compartir sus cosas.
Durante el primer año, una guagua se siente parte de su madre y no entiende la noción de compartir. De los 12 a los 24 meses empieza a entender que es un ser autónomo y afianza su personalidad tomando una actitud más rebelde, negándose a prestar sus juguetes e incluso quitando los de otros niños. No son capaces de ponerse en el lugar del otro, ni a nivel emocional ni cognitivo. Además, suelen encontrarse en plena etapa del NO, y se dan cuenta de que tienen sus propios deseos y comienzan a reafirmar su personalidad a través de la negativa a todos los deseos de los demás.
De los 2 a los 3 años, considera que los juguetes son parte suya y por eso no quiere prestarlos. Entre el tercer y cuarto año, el niño empieza a sentirse cómodo jugando con sus pares, pero aún así, le cuesta prestar sus cosas.
Solo a partir de los cuatro o cinco años, estará preparado para compartir sus juguetes. Cuando los niños desde pequeños viven o se relacionan con otros niños, estas etapas se adelantan y tienden a ser más sociables.
A veces es complicado enseñarles a compartir, y los padres no saben cómo reaccionar cuando están en el parque y sus hijos no quieren prestar sus juguetes. Es fácil sentirse incómodo por las miradas de otros adultos y a veces se reacciona en función del “qué dirán” antes de pensar en las necesidades de los propios hijos. Pero, ¿por qué hay que obligarlos a compartir algo si no quieren?
¿Qué se puede hacer?
No le obligues.
Para compartir, tu pequeño tiene que estar preparado, y para eso debe ser estimulado por sus padres, familia, educadores y los mismos otros niños. Y la mejor forma de educarles, es practicando con el ejemplo. Tampoco los padres deben prestar las cosas del niño sin su permiso, o desconfiará de ellos y se volverá más posesivo. Y no le ridiculices si no quiere compartir, mejor desvía la atención hacia otra cosa. Lo fundamental es tener paciencia y poco a poco irá desarrollando el concepto de sí mismo, ganará confianza y no le importará compartir sus cosas.
Es importante que no compares la negativa del pequeño a compartir, tal como si fuera un adulto. No significa que el niño sea maleducado o egoísta, simplemente tiene miedo a quedarse sin ese juguete que tanto le gusta. Por ello, no debes obligarlo a prestar algo si no quiere, porque piensa que no se lo van a devolver y se valida así su temor a perderlo para siempre.
Acá te dejamos algunos tips ante estas situaciones:
- Cuando tu hijo deje que otro toque sus juguetes, felicítale diciéndole que es muy bueno, que tiene buen corazón y es un buen amigo. Las palabras les estimulan y motivan.
- Jugar todos juntos con el juguete (no prestarlo, pero todos interactuar con éste).
- Prestarle otro juguete al niño mientras tu hijo se queda con el que no quiere dejar.
- Fomenta el juego en grupo, así no solo aprenderá a compartir sino también a colaborar y expresarse.
- No le compares con otros, ya que cada niño se desarrolla a su ritmo.
- Respeta sus propiedades. Cuando vengan amigos a jugar, primero pregúntale qué quiere prestarles y qué no.
- Si no quiere compartir, pregúntale por qué y rebate sus razones demostrándole lo bonito que es hacerlo.
- Anímale a regalar cosas hechas por él, como sus dibujos.
- Si es hijo único, procura que tenga contacto con otros niños para que empiece a interactuar con ellos cuanto antes, porque a los niños que no tienen hermanos les cuesta más saber qué cosas pueden compartir y qué no.
- En último caso, retirar el “juguete de la discordia”, porque está creando problemas (cuidado, no como castigo sino para evitar que sigan sufriendo) e intentar distraer.
No debes ofrecer todas las alternativas a la vez porque no las va a asimilar. Mejor escoger dos, según esté el ánimo de tu hijo y probar con esas. La mejor manera de enseñar a compartir es… ¡compartiendo! Se puede empezar con cosas cotidianas: si el pequeño pide algo de tu plato dile que lo compartes con él, déjalo usar tu ropa si quiere jugar con ella, etc. También puedes pedirle prestados sus juguetes, jugar con ellos y devolvérselos para que vea que los va a recuperar.
Otros juegos interesantes para enseñar a compartir:
– Dar y tomar. Pasarse un objeto del uno al otro como una pelota, un muñeco, etc.
– Los juegos con muchas piezas donde pueden compartir sin quedarse con nada (colores, bloques de construcción, etc).
Ahora bien, los niños no tienen por qué compartirlo todo. Por ejemplo, si tu hijo está dibujando en una hoja, puede compartir las pinturas, pero obviamente no se puede prestar la hoja al otro niño.
Por último, hay dos momentos en los que hay que intervenir siempre. Por una parte, cuando uno de los niños se pone a llorar o si agrede al otro. Lo ideal es prever estas reacciones y actuar justo antes de que se produzcan. Por otra parte, cuando el niño ya ha dicho dos veces que no, y ya se empieza a manifestar frustración. Estas son señales que indican que va a explotar.
Si se trata de niños mayores los que tienen el conflicto, se les puede preguntar, antes de nada: “¿necesitan ayuda o pueden resolverlo solos?”.
Ánimo y paciencia. Verás que, con cariño y mesura, estarás ayudando a tu hijo y, de paso, a los otros niños.