ATENCIÓN CON LOS TRASTORNOS EN EL LENGUAJE Y EL HABLA
Fuente: Diario Mi Hijo Ed. 54La mayoría de bebés desarrolla el lenguaje de manera natural desde el momento en que nace. Para ello, debe ser capaz de oír, ver, entender y recordar. Y como cada niño es un mundo, este desarrollo varía de un niño a otro. Entonces, para determinar lo que se considera “normal” en el desarrollo del lenguaje, los profesionales de la salud definen una serie de hitos que ayudan a establecer si un niño avanza normalmente o si puede necesitar ayuda adicional para lograrlo. Por ejemplo, hacia el primer año de edad el bebé debe ser capaz de decir una o dos palabras como “papá”, “mamá”. A los dos años, la mayoría de los niños tienen un vocabulario de alrededor de 50 palabras. Y, entre los dos y tres años, empiezan a entender mucho más de lo que pueden expresar.
Algunos de los signos que podrían causar preocupación:
• Si a los 12 meses de edad no entiende su nombre, no conoce la palabra no, ni obedece órdenes simples.
• Si entre los 14 y 16 meses no dice ninguna palabra.
• Si a los 3 años de edad no puede responder preguntas básicas (qué, dónde, quién).
• Si después de los 3 años, tiene dificultad para que lo entiendan las personas que no pertenecen a la familia.
• Si después de los 5 años de edad titubea o tiene repeticiones evidentes al hablar.
• Si a los 5 años no puede contar una historia siguiendo una secuencia (comienzo, desarrollo y final).
• Si muestra un desarrollo limitado del vocabulario.
Para aclarar, no es lo mismo un trastorno del lenguaje que un retraso en el lenguaje. Los niños con trastorno del lenguaje y del habla pueden llegar a tener problemas para procesar la información o para poder expresar las ideas en palabras. En cambio el retraso del lenguaje es más probable que solo sea un tema madurativo, dependiente del tiempo. Esta diferencia es importante por el tratamiento a seguir por lo que debe ser diferenciado por un especialista.
El habla es lo que interviene para transformar los sonidos en un lenguaje hablado y se conforma de cuatro elementos:
Articulación. Hace referencia a producir y modular los sonidos. Hasta los 5 o 6 años de edad, es normal que los niños dejen fuera ciertos sonidos (nana en vez de banana), que sustituyan sonidos (cado en vez de carro) o que tengan problemas con ciertos sonidos (pero en vez de perro). Si pasada esta edad la falta de capacidad para hacer sonidos continúa, podría ser un signo de un problema de articulación, es decir, dificultad con los movimientos de la boca y de la lengua para emitir ciertos sonidos.
Fonología. Trata sobre cómo los sonidos del lenguaje se unen para formar palabras. Por ejemplo, los niños pueden sustituir sonidos que debieran hacerse en la garganta por los que se hacen en el frente de la boca (ugo en vez de jugo).
Voz. Es el tono, volumen y calidad del discurso. Al hablar pueden sonar con voz ronca, nasal o entrecortada, hacerlo demasiado alto o al contrario, demasiado bajo.
Fluencia. Puede ser el caso del tartamudeo, balbuceo o hacer pausas en lugares inadecuados al hablar.
El lenguaje se refiere a cómo ponemos las palabras juntas para comunicar algo y a cómo las entendemos los demás. Incluye el vocabulario, encontrar las palabras adecuadas y entender lo que significan. Es decir, la pragmática, que es la capacidad de entender el lenguaje socialmente. Esto incluye la capacidad de tener conversaciones y la habilidad de “leer” las expresiones faciales, el lenguaje corporal y entender los tonos de voz.
La pragmática también abarca saber cómo cambiar el tipo de lenguaje para que se adapte a la audiencia que nos escucha. Por ejemplo, utilizar frases cortas y palabras simples al hablar con niños más pequeños.
Ante cualquiera de los problemas mencionados, es recomendable consultar con el pediatra, quien derivará a un especialista del habla y el lenguaje para averiguar si existe algún problema y ver las opciones de tratamiento adecuadas para el pequeño