LLEGARON LAS ESPERADAS VACACIONES Y… ¿QUÉ HACEMOS CON LOS NIÑOS?
Fuente: Diario Mi Hijo Ed. 54Diciembre es el mes de la Navidad, del término de las clases y del inicio de las vacaciones. Se vienen por delante dos amplios meses sin las rutinas habituales de ir al colegio, hacer las tareas y actividades extraescolares… Y como la mayoría de papás trabajan y no pueden tomarse tantos días de vacaciones, se viene el gran dilema sobre qué hacer con los niños. Las soluciones más habituales son tener a alguien que se ocupe de ellos, dejarlos con los tatas, o buscarles algún campamento de verano. Veamos…
Rutinas en verano
En verano, los niños ya no tienen que ir a clases, ni despertarse temprano, ni hacer tareas. Como los horarios no son tan rígidos los niños tienen más horas de ocio por lo que puede instalarse el caos en casa, llegando incluso a poder desbordar a los padres.
Aunque relajar las rutinas no es malo, llega un momento en el que hay la sensación de demasiado tiempo libre que los niños no saben cómo aprovechar. Una buena solución es establecer un horario por escrito para generar rutinas, desde tareas domésticas como hacer la cama, arreglar la pieza, hasta actividades como salir al parque o leer. Si preparan este calendario en familia será mucho más probable que después cooperen y lo lleven a cabo. Mientras más visual y atractivo lo hagas, a modo de pictograma o mural, mucho mejor.
Si ambos papás trabajan, pueden organizar una rutina familiar los fines de semana, planificando actividades para hacer todos juntos. Pueden organizar una excursión a la montaña, visitar un museo, ir de picnic, o incluso alguna escapada más larga de fin de semana.
Aunque durante las vacaciones está bien dejarles acostarse y despertarse más tarde, procura que una vez que ya se acerque la fecha de reincorporarse al colegio intenten volver paulatinamente a la normalidad de los horarios, para que el cambio no sea muy brusco. Además, aunque puedas ser más flexible, es importante que mantengan la rutina de dormir las horas suficientes y en los horarios lo más parecidos al resto del año. De la misma forma, tomar una siesta en estos días calurosos será muy reparador y sano para tus hijos, pero procura que no duerman en exceso durante el día, porque a la hora de acostarse puede resultar contraproducente.
En cuanto a las comidas, si bien nos desordenamos comiendo más de lo normal, más dulces o helados, debemos seguir tratando de llevar una dieta equilibrada, porque la buena nutrición es fundamental los 365 días del año. Dejemos las comidas a deshoras y los excesos solo para el fin de semana, o para alguna que otra actividad social, e intentemos mantener una rutina de comidas y alimentos adecuada de lunes a viernes, al menos. Algo muy útil en esta época de calor: motiva el consumo de agua en vez de jugos o bebidas.
Los tatas
Si no tienes con quien dejar a tus hijos durante las vacaciones de verano, una muy buena opción es dejarles con los tatas. El contacto habitual con los nietos beneficia a ambas partes y fomenta las relaciones intergeneracionales. Pero no se debe nunca sobrecargar a los abuelos y obligarles al cuidado de los nietos en vacaciones.
Aunque normalmente disfrutan con esta labor, es importante que no abuses de ellos y solo se dediquen al cuidado de los niños, nada más. Es fácil recurrir a ellos para hacer las tareas del hogar o hacer la compra, no es cuestión de agotar a los abuelos por exceso de trabajo. Lo más importante es que el cuidar de los nietos no sea una obligación sino un deseo. Los abuelos también necesitan reponerse en verano por lo que estar con los nietos no puede ser un obstáculo para el desarrollo de sus propias actividades. Una cosa es que nos ayuden y otra muy distinta que les sobrecarguemos con todo un programa de actividades. El tiempo que estén con los tatas es mejor que lo organicen ellos mismos para que todos puedan disfrutar de esos días.
Recuerda también contribuir económicamente. Los niños suponen gastos que los abuelos no siempre pueden asumir. Aunque se ofrecen encantados, tenemos que darnos cuenta si necesitan dinero para gastos como la comida, medicinas o viajes.
Si por motivos de salud o simplemente porque tienen otros planes, los tatas no pueden quedarse con los abuelos, nunca debemos insistir demasiado. Seguro encuentras otras alternativas.
Intenta también que los niños se porten lo mejor posible. Enséñales que deben respetar y obedecer a los abuelos siempre, cumpliendo con los límites y horarios que éstos impongan. La idea es que disfruten del tiempo que pasen juntos, no que sea una pelea constante.
Panoramas en verano
Es todo un desafío mental el tener que pensar cómo ocupar las horas del día para que estén entretenidos. Algunos panoramas:
• La piscina suele ser una de las actividades que siempre gustan a los más pequeños, tanto si tienen una en casa como en algún lugar público. Disfrutan con el agua y además se cansan mucho, por lo que con un ratito de piscina será suficiente para después ocupar el resto del día en actividades más tranquilas como jugar a las cartas, dibujar o leer cuentos.
• Aunque es muy fácil recurrir a las pantallas, ya sean videojuegos o la televisión, recuerda la limitación de tiempo recomendada según la edad. Así que no abuses de este tiempo, y resérvalo solo para un ratito en el día o incluso la semana.
• Otra opción puede ser invitar a algún amigo a casa o viceversa. Pasar algunos ratos con otros compañeros o amigos le permitirá socializar y pasar algunos ratos fuera del círculo familiar.
• Es inevitable que en algunos ratos del día se aburran. No es ningún drama, al contrario, estos tiempos de ocio les permitirá desarrollar su creatividad y utilizar sus propias herramientas imaginativas.
• Ir al cine o al teatro puede ser otro escenario con el que disfrutarán y aprenderán. Cualquier escenario cultural será siempre productivo, así que busca distintos panoramas que sean adecuados para su edad. ¡Lo pasarán muy bien!
• Jugar a la cocina es un muy buen panorama. Además de ocupar el tiempo en una actividad culinaria, estará colaborando con los quehaceres del hogar.
• Para no romper del todo con la rutina, siempre es bueno dedicar un tiempo a hacer tareas escolares. Así tendrá cosas que hacer y aprenderá a gestionar sus horas del día: pueden investigar un tema o escribir algún ensayo o cuentos.
Vacaciones sin hijos
Aunque tratamos de organizar nuestras vacaciones en familia, siempre es recomendable dejarse unos pocos días para pasar en pareja. Es importante darse un tiempo de ocio y relajación para avivar la relación. Y es que irse de viaje sin los hijos no es tan sencillo como parece. Ya sea por trabajo, vacaciones o cualquier otra razón, marcharse sin los niños no solo les genera aprensión a ellos, sino también a los papás.
Es normal que los niños se sientan tristes y los papás preocupados ante la separación, de hecho, es deseable y bueno, ya que quiere decir que los extrañan, lo que implica tener una buena relación. Si no pasara nada, podría estar fallando algo en el vínculo afectivo en el ámbito familiar. Aun así, se puede hacer mucho para lograr que ese alejamiento, aunque sea por pocos días, sea más llevadero.
Ahora bien, si los hijos son muy chicos, puede que no entiendan del todo lo que sucede, pero contarles el lugar de destino o incluso mostrarles fotos de dónde van a ir puede ayudar mucho a disminuir su angustia. La idea es que el viaje sea un tema familiar, y que a pesar de que no vayan, igual sean parte de la aventura. De la misma manera, durante el viaje, seguir en contacto mandando fotos, videos y audios de los lugares que visitan para que los niños puedan conocerlos.
Quien se quede a cargo de los niños juega un rol fundamental ya que debe aceptar y entender que reaccionen con tristeza. Es bueno que igualmente se hable de los papás, decirles que ellos también les extrañan, no hacer como que no existen. Los padres, por su parte, no deben olvidarse de mantener el contacto permanente, ya sea llamando por teléfono, whatsapp, Skype o cualquier otra forma de comunicación que sea posible. Es fundamental que, pese a la distancia, papás y mamás se muestren interesados en lo que hicieron los niños durante el día y que les hagan las mismas preguntas que harían si estuvieran en casa.
Otra forma de estar presentes a pesar de la lejanía, es dejarles pequeños recuerdos para que la persona a cargo se los entregue cada cierto tiempo. Desde un juguetito que “mandó” mamá, hasta una cartita o un dibujo.
Viajar con niños
Y lo más esperado en vacaciones son… ¡los viajes! Conocer nuevos lugares aporta a los niños grandes beneficios para desarrollarse social y emocionalmente, y les genera una nueva actitud ante la vida y hacia los demás.
Para los padres, viajar permite desconectar de la rutina y el estrés, vivir experiencias inolvidables, reencontrarse con uno mismo… Sea al pueblo de al lado o en otro país, a través del viaje los niños podrán disfrutar de buenos momentos en familia, desarrollar su pensamiento más racional, reflexivo y crítico, además de adquirir nuevos valores y habilidades de tipo emocional y social. Verán nuevas realidades, conocerán personas diferentes, nuevas culturas e incluso nuevos idiomas.
Las diferentes situaciones que vayan apareciendo durante el viaje, ya sean divertidas o problemáticas, fomentarán la capacidad de adaptación y paciencia de los niños. Es bueno dejar que decidan, que en ciertas partes del viaje sean ellos los que digan qué hacer o a dónde ir. Tampoco olviden preguntarles cuál es su opinión antes, durante y una vez terminado el viaje. Viajar en familia les permitirá vivir una experiencia memorable que les acompañará el resto de sus días.
Eso sí, a la hora de viajar, hay que tener en cuenta una serie de necesidades que variarán en función de su edad. Algunas de ellas:
• De 0 a 1 año. En esta edad las guaguas pasan mucho tiempo durmiendo y no suelen caminar todavía, por lo que podrás seguir planificando casi del mismo modo los viajes, ya que no se cansará al ir a un museo. Solo ten en cuenta que vas con un bebé, respeta sus momentos para comer y múdalo cuando lo necesite. Si se alimenta de leche materna, no habrá problema, pero si ya toma colados o mamadera, trata de llevar siempre los que está acostumbrado. Respeta también sus horarios y rutinas de sueño ¡Y no olvides su juguete favorito!
• De 1 a 2 años. Ya empiezan a dar sus primeros pasos, o bien están a punto de hacerlo. Quieren explorarlo todo, se llevan cosas a la boca, trepan, quieren comer solos… así que tendrás que estar mucho más pendiente de los niños con esta edad. Y aunque ya caminen, se cansan, por lo que el cochecito tendrá que acompañarte igual. En cuanto a la alimentación, a pesar de que ya comen casi de todo, trata de evitar los alimentos muy especiados o con ingredientes que por edad no puedan consumir todavía. Trata de no alterar mucho su alimentación y mantener sus horarios de descanso lo más parecidos a cuando están en casa.
• De 2 a 5 años. Ya son mucho más autónomos. Están rebosantes de energía y empiezan a tomar sus propias decisiones, por lo que deberás tener en cuenta su opinión a la hora de planificar actividades. Siguen necesitando del cochecito, así que no lo olvides y llévalo contigo. A la hora de preparar el viaje, ten en cuenta que haya zonas verdes y parques con juegos para que puedan entretenerse. A estas edades se aburren con facilidad, así que trata de organizar panoramas entretenidos como excursiones o alguna oferta cultural apta para niños.
• De 6 a 12 años. Es la mejor edad para disfrutar del viaje. Se atreven con cualquier panorama, valoran mucho más las actividades que realicen y serán más capaces de recordar las aventuras vividas. Es importante que les hagamos partícipes de la organización del viaje y que contemos con ellos a la hora de planificarlo. A partir de los 10 años entran en la pre-adolescencia y puede que empiecen a demandar su propio espacio e independencia de los padres.
Y por último, la principal recomendación es: ¡PASARLO BIEN!