¿CÓMO AFECTA A LOS NIÑOS QUE SUS PADRES SEAN ADICTOS AL CELULAR?
Fuente: Diario Mi Hijo Ed. 50El uso indiscriminado del celular puede afectar la relación que tenemos con nuestros hijos. Cada vez a los adultos se nos hace más difícil dejar de prestar atención al sonido o vibración que nos avisa que hemos recibido un whatsapp, una notificación de Facebook o un correo electrónico.
Es importante no desatender física ni emocionalmente a nuestros hijos por estar conectados permanentemente al celular. Esto tiene gran importancia ya que la adicción al celular de algunos papás puede provocar un grave daño intelectual y emocional en los pequeños, implicando un riesgo para su salud.
Al sentirse ignorado por sus padres, el pequeño puede llegar a creerse “abandonado”, poco importante, lo que puede repercutir seriamente en su autoestima y en el concepto que tiene de sí mismo. Además, pensará que no puede contar con sus padres para nada porque siempre prestan atención a otros asuntos antes que a él. Por ello, es muy importante que detectes si estás abusando de las nuevas tecnologías y tu hijo se está sintiendo desplazado. Pero, ¿cómo saberlo?
- Si el niño o niña de repente empieza a dejar de llamar tu atención para compartir momentos de calidad contigo, es posible que haya perdido el interés por pasar tiempo a tu lado.
- Cuando tiene una rabieta porque no le haces caso.
- Si te grita varias veces la misma cosa para atraer tu atención.
Al ver que sus padres no les hacen caso, los niños tienden a enojarse más fácilmente y a portarse mal para atraer su atención. Y, al mismo tiempo, los papás se ponen más irritables por esta actitud del menor. Esto es porque la mamá o papá, al enviar un whatsapp o un correo electrónico, activa la parte de su cerebro que es la de “hacer”, generando un sentido de urgencia por completar la tarea, por lo que se sentirá alterado con mayor facilidad cuando el niño le interrumpe, más aún si esto es repetitivo, pudiendo llegar a gritarle o a tratarlo mal físicamente.
Es importante y necesario interactuar de forma más afectiva y poner reglas en casa para limitar el tiempo que los papás dedican al celular, computador o simplemente la televisión, ya que, al realizar estas actividades, no estarán estimulando el área del lenguaje del cerebro de los niños de la misma manera que una conversación cara a cara y desatienden sus necesidades emocionales, de afecto y compañía.
Según estudios de neurociencia, en los primeros tres años de vida es cuando más rápidamente se desarrollan las capacidades lingüísticas, emocionales, sociales y motoras en el cerebro. El desarrollo del vocabulario comienza entre los 15 y los 18 meses, y continúa hasta los años preescolares. Cuando un bebé escucha a la gente a su alrededor hablándole, al poco tiempo empieza a responder con sonidos, balbuceos, o chillidos. Además, a través de la interacción cara a cara, los niños pequeños desarrollan no solo el lenguaje, sino también aprenden sobre sus propias emociones y cómo regularlas. Los niños, al observar a los papás aprenden a tener una conversación y a cómo leer las expresiones faciales de los demás. Así, sin querer, son los propios papás los que estamos negando a nuestros hijos el estímulo que necesitan al estar “metidos” en el celular.