Agua en la naturaleza: cuidados y cómo potabilizarla
Fuente: Diario Mi Hijo Ed. 11En esta época de camping, picnics o caminatas en medio de la naturaleza, debes conocer una regla de oro para quienes gustan de la vida al aire libre: “Nunca bebas agua de dudosa procedencia”.
Por desgracia, en muchos lugares del mundo, el agua natural puede estar contaminada, por lo que aunque parezca exagerado, no debes confiar siempre del agua que la madre naturaleza te provea. Ya sea por contaminantes artificiales como algunos fertilizantes utilizados en los campos, o por la actividad humana o animal, ingerir agua contaminada puede alterar tu organismo provocando enfermedades como: intoxicaciones, diarrea, tifus, cólera, hepatitis y otras de mayor magnitud. Por lo tanto, es fundamental desconfiar siempre e intenta llevar agua envasada o potabiliza el agua que tomas.
Prefiere el agua corriente y no la estancada. Y si tiene un sabor algo dulce o agrio, puede indicar que contiene sustancias en descomposición. El agua potable debe ser cristalina y no tener sabor ni olor.
Cuando salgas de paseo, en lo posible trata de buscar el agua desde la misma fuente. Siempre es mejor el agua del río que desemboca en un lago que el agua del lago mismo. De la misma forma, es preferible el agua del arroyo que baja al río que la del mismo río y es preferible el agua del manantial que el agua del arroyo que brota de él, es decir, mientras más “nueva” el agua, mejor.
Es importante saber que el aire purifica el agua, por eso mientras más saltitos, cascadas o rocas que revuelvan el cauce del arroyo, el agua tendrá más oportunidad de estar aireada y filtrada y, por lo tanto, será más sana.
No debes beber de los arroyos que corren cerca de poblados o ciudades, ya que es muy probable que estén contaminados por los desechos que puedan arrojarse, o por el uso de sus aguas para lavar u otros menesteres.
Una vez encontrado un arroyo apropiado, se recoge el agua en un vaso o recipiente desde el fondo del arroyo para evitar así las suciedades e impurezas que la corriente arrastra por la superficie. Por lo mismo, evita rotundamente beber agua directamente con la boca pegada al arroyo.
¿Cómo hacer que el agua sea potable?
Si tienes la posibilidad de “potabilizar” el agua, acá te dejamos algunas formas de hacerlo:
Hervir el agua: Cuando el agua alcanza su punto de ebullición, todas las bacterias mueren o se inactivan. Por ello, se recomienda hervir el agua durante 5 a 10 minutos como mínimo, aunque lo ideal serían unos 20 minutos. Tras hervir el agua, un buen consejo es traspasarla repetidas veces de un recipiente a otro para airearla. Esto le da buen sabor e impide que resulte intomable.
Una forma más segura todavía de purificar cualquier líquido es hervirlo y destilar el vapor en otro recipiente (dejando que el vapor vuelva a ser líquido de nuevo), para obtener agua pura. De esta forma, no existe ningún riesgo de bacterias, concentración de sales o minerales peligrosos para la salud. Eso sí, hay que tener en cuenta que el agua que se obtiene de esta forma es “agua destilada”, por lo que conviene enriquecerla con una pizca de sal o mezclarla con jugo.
Aplicar cloro: El cloro es uno de los desinfectantes más efectivos contra las bacterias pero no tiene buenos resultados contra la erradicación de los virus que transitan por el agua sin potabilizar. Por eso se recomienda filtrar el agua antes de clorarla. ¿Cómo la filtro? puedes usar un pañal de tu hijo, limpio y sacarle la cubierta exterior impermeable. La cantidad de cloro líquido comercial al 0,5% puedes verla en la tabla anexa, y después de la aplicación del cloro debe mezclarse bien y dejarse reposar 30 minutos para que el cloro entre en contacto con los microorganismos. OJO, el cloro solo deben manipularlo los adultos.
Pastillas potabilizadoras: Es quizás el método más práctico y efectivo para potabilizar el agua. Estos compuestos se compran en tiendas de deportes outdoors y en supermercados. Se recomienda siempre leer las instrucciones de uso en el envase y fecha de vencimiento, y deben aplicarse en cantidades exactas y respetando el reposo necesario antes de consumir el agua. Es conveniente llevar siempre pastillas potabilizadoras en la mochila o en el kit de supervivencia cuando salgas de paseo al aire libre por más de un par de días, ya que son un sistema muy rápido, confiable y fácil de utilizar.
Filtrar el agua: En casi todos los casos antes mencionados, antes de potabilizar el agua es recomendable filtrarla para quitarle turbiedad o las pequeñas impurezas que pueda tener. El método más práctico para esto es dejarla reposar el mayor tiempo posible en un recipiente para que las impurezas decanten (se “aconchen”) o floten. Luego, con mucho cuidado de no revolver el agua, con un tubo flexible o manguera traspasarla a otro recipiente utilizando la técnica de sifón, evitando que traspasen las impurezas. Esto permitirá que ya partas el proceso de potabilización con un agua mucho más limpia, por lo tanto, el resultado será siempre mejor. El uso del pañal limpio de tu hijo, como veíamos arriba, es una forma práctica y sencilla de filtrar impurezas.