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Malnutrición Infantil: Influencias sobre un problema de peso
Según un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), publicado este año, Chile se ubica en el sexto lugar mundial en el índice de sobrepeso que presentan niños y jóvenes entre 5 y 17 años. Conscientes del rol de los organismos de salud en el diseño de programas para frenar esta tendencia, y de la influencia de los medios de comunicación sobre el consumo de alimentos, hemos entrevistado a dos profesionales para que entreguen su visión sobre la problemática y sus posibles soluciones. Dr. Tito Pizarro Q., Director de CONIN y Presidente Rama de Nutrición SOCHIPE:“HAY QUE EXIGIR UNA ALIMENTACIÓN MÁS SALUDABLE Y UNA MEJOR OFERTA DE ALIMENTOS POR PARTE DEL MERCADO”
De acuerdo al tramo de edad, durante la edad pediátrica, ¿qué debe y qué no debe consumir un lactante, preescolar, escolar y adolescente?
En Chile, tenemos una recomendación que hizo el Ministerio de Salud, que es una guía para el lactante, para el pre-escolar, escolar y adolescente y que es una muy buena propuesta para que los pediatras, médicos generales, nutricionistas y el conjunto de profesionales que nos dedicamos a la Pediatría, sepamos y recomendemos qué alimentos son buenos para los niños y niñas en etapa de desarrollo. La guía está disponible en los sitios web del MINSAL y de la SOCHIPE, y consiste en recomendaciones concretas.
Lo primero y más importante es la lactancia materna exclusiva, que es lo mejor para los menores hasta los seis meses. Después, se puede y debe mantener ojalá hasta los dos años, junto con la alimentación sólida. Segundo, la alimentación sólida debe ser progresiva después de los seis meses y es en esta etapa cuando el niño tiene que empezar a disfrutar y a gozar con la comida. Por ejemplo, que coma con las manos, para sentir texturas y sabores.
La alimentación es un acto social y tiene que darse en un contexto familiar, con amor y cariño de por medio. Tan importante es lo que le damos de comer al lactante, como el ambiente en que se lo damos, dejando que el niño goce, saboree y coma según su apetito.
Los niños menores de un año no deben consumir sal, y no se debe abusar del consumo del aceite; sólo en bajas cantidades. Es clave el consumo de frutas y verduras después de los seis meses, en porciones pequeñas. Las verduras cocidas, primero, y luego crudas (ensaladas), después del año.
Las legumbres se incorporan después de los ocho meses, y ojalá en abundancia después del año de vida, ya que son una excelente fuente de proteínas y fibra. Las carnes rojas y blancas también, especialmente el pescado, ya que posee ácidos grasos como el omega tres.
No son recomendables los productos muy elaborados; es importante leer las etiquetas y ver que las dosis de sodio sean bajas. Son preferibles los productos naturales, ya sea del campo o del mar, y no ir tanto a los productos de supermercados.
Por otra parte, en Chile el consumo de bebidas es extremadamente alto y esto, sumado al consumo de productos elaborados, desarrolla un círculo vicioso que genera que en nuestro país haya mucha obesidad. Los snacks y las papas fritas provocan un mayor consumo de sal, de azúcar y de grasas saturadas, lo que da como resultado una mala salud, obesidad, enfermedades crónicas, entre otras patologías. Nosotros recomendamos que sólo se consuman en ocasiones especiales, como fiestas de cumpleaños, ya que siempre serán mejores los productos naturales y lácteos semidescremados o descremados.
¿Qué opinión tiene CONIN respecto de la comida chatarra y su nivel de penetración en la población infantil?
Es una situación dramática. En Chile, el consumo de bebidas, papas fritas, hamburguesas y embutidos ha aumentado, en parte gracias a la gran cantidad de publicidad de algunos restoranes que venden con precios muy económicos y mucho marketing. La sociedad prácticamente es absorbida por este tipo de mensajes.
Estos productos son muy elaborados, y tienen gran cantidad de azúcar, grasas saturadas y sal. Estos tres nutrientes, que en exceso hacen muy mal a la salud, y que aportan gran cantidad de energía calórica, deben ser regulados. Primero, hay que regular la publicidad para disminuir la oferta de estos alimentos. Segundo, hay que pedir a los supermercados, restaurantes y productores de estos alimentos que disminuyan la cantidad de sal, azúcar y grasas saturadas, para que cuando haya un cumpleaños, una fiesta u otro evento social, nuestros niños se puedan alimentar con productos de mejor calidad y menos nocivos para su salud.
CONIN, ¿asesora en el desarrollo de políticas públicas para detener la malnutrición infantil?
En general, la CONIN, la SOCHIPE y todas las ramas académicas y universitarias participamos de las políticas públicas y estamos disponibles para ayudar y aportar en lo que se nos necesite, pero tenemos que ser invitados, convocados para eso.
Nosotros tenemos una disposición abierta para entregar ideas, sugerencias, y no sólo a la autoridad, sino también a la población, porque pensamos que para que exista un mejoramiento en la calidad de la nutrición infantil y adolescente es muy necesario que la sociedad se informe, se empodere y tenga conciencia de sus derechos y deberes.
Y dentro de esos derechos, está exigir una alimentación más saludable y una mejor oferta de alimentos por parte del mercado, y una mayor actividad física de parte de los colegios y escuelas, así como tener acceso a las recomendaciones de expertos en torno a una alimentación saludable. La unión de estos factores provocará mejoras en nuestra sociedad, en materia de nutrición infantil. Y nosotros, tanto en la Conin, como en la SOCHIPE, estamos trabajando y disponibles para que eso ocurra y, de esta forma, nuestra población sea informada en cuanto a lo que come, y realice más y mejor actividad física como un estilo de vida.
Dra. Valeria Rojas O., Presidente Comité de Medios SOCHIPE
“DEBEMOS TOMAR CONCIENCIA DE LOS RIESGOS DE EXPONER A NIÑOS DESDE MUY PEQUEÑOS A LA OMNIPRESENTE
INFLUENCIA DE LA PUBLICIDAD”
¿Qué opina de las estrategias utilizadas por algunas empresas de comida chatarra para captar la atención de los niños, generando consumo?
Los estudios indican que exponer a los niños a publicidad es antiético; es aprovechar su vulnerabilidad neurológica y emocional para seducir con estrategias de marketing y convertirlos en consumidores permanentes de un producto. Mientras más pequeño se haga consumidor a un niño, más fiel a esa marca será el resto de su vida.
En un estudio de Pediatrics, de julio de 2010 (Influence of licensed characters on children's taste and snack preferences), entre el 50% y 55% de los niños dijeron que los alimentos con el personaje de TV (Bob Esponja, Dora la Exploradora, etc.) eran más sabrosos que los del paquete sin la figura (teniendo ambos el mismo contenido) . Está demostrado que mientras más horas de TV ve un niño mayor es el riesgo de obesidad, y no es por la falta de movimiento, sino, principalmente, por la exposición a publicidad de comida chatarra.
¿Qué grado de conciencia tienen los padres acerca de la comida saludable” para sus hijos?
Creo que la mayoría tiene poca conciencia, de lo contrario no tendríamos los índices de obesidad que registra nuestro país. Por otro lado, el liderazgo en la crianza y disciplina de los padres se ha perdido en últimos años, de tal manera que los niños expuestos a esta publicidad le exigen a sus padres ciertas marcas de comidas poco saludables, cediendo ellos ante la presión rápidamente.
En Estados Unidos, los menores de 12 años gastan 25 billones dólares, e influencian en sus padres al gasto de 200 billones de dólares. Por lo anterior, la publicidad en Cartoon Network, por ejemplo, es más cara que en canales de adulto.
El concepto de alimentación saludable se opone a una fuerte publicidad que fomenta el consumo de golosinas, frituras y alimentos de alto contenido calórico ¿Cuál sería la estrategia práctica para que lo saludable prime?
Como país, debemos tomar conciencia de los riesgos de exponer a niños desde muy pequeños a la omnipresente influencia de la publicidad y generar políticas públicas que limiten esta exposición, tal como sucede en muchos países desarrollados donde no hay publicidad de ningún tipo en la TV en horario infantil, tampoco publicidad de comida no saludable en eventos deportivos, etc.
Mientras esto sucede, hay que ensenarles a los niños a tener un espíritu crítico respecto de la publicidad, limitar la exposición a TV (cuyo tiempo dedicado a publicidad ha aumentado exponencialmente), durante las tandas comerciales poner en silencio la TV para aprovechar ese tiempo de conversar en familia. Finalmente, empoderar a los padres en su rol de crianza con liderazgo positivo, de ser ellos también modelos de prudencia ante la tentación del consumo.