OJO CON LOS OJOS
En los últimos 15 años: Aumenta el porcentaje de niños con limitación visual en Chile
La principal causa son los errores refractivos (15%), como miopía, astigmatismo e hipermetropía, seguido de la ambliopía (3,4%), y el estrabismo (2,1%). Para saber más, entrevistamos al Dr. Francisco Conte S., médico oftalmopediatra del Centro de la Visión de Clínica Las Condes, Presidente de la Rama de Oftalmología SOCHIPE.
¿Cuáles son los problemas visuales más prevalentes en los niños en Chile?
Según el último estudio poblacional en Chile, publicado recientemente en los Archivos Chilenos de Oftalmología, en el que se estudiaron cerca de 5.500 niños y adolescentes entre 6 y 19 años, los errores refractivos (miopía, astigmatismo e hipermetropía) son la principal causa de limitación visual, con un 15% de afectados. En segundo lugar, se ubicó la ambliopía (3,4%), seguida del estrabismo (2,1%). Dentro de los errores refractivos, el más frecuente fue el astigmatismo, con un 12% de prevalencia. Respecto de la miopía, se detectó en un 5% de los estudiantes analizados. Si se compara esta estadística con la última existente, publicada el año 2000, se podría concluir que hay un aumento del porcentaje de niños con limitación visual en Chile en los últimos 15 años, aunque las metodologías de ambos trabajos no son exactamente idénticas.
Es frecuente encontrarse con niños que presentan defectos en la visión, pero que han pasado desapercibidos para sus padres, profesores e incluso el pediatra, puesto que los niños más pequeños no exteriorizan su mala visión, ya sea porque ven bien con un solo ojo o porque nunca han vivido la experiencia de ver bien. En otros casos, los niños pueden tener un error refractivo medianamente importante y son capaces de usar su gran capacidad de acomodación (o “de enfocar”) otorgada por el cristalino por su corta edad y pueden lograr ver razonablemente bien y no dar aspecto de tener limitación visual, pero con un gran esfuerzo visual detrás que les va dañando el desarrollo visual, llevando a la ambliopía
¿Qué es la ambliopía?
La ambliopía es el gran “enemigo” de los oftalmopediatras. Recordemos que es el segundo problema visual más frecuente en los niños, con un 3,2% de la población infantil chilena afectada, según el último estudio mencionado anteriormente. Corresponde a la disminución de la visión que ocurre cuando uno o ambos ojos envían una imagen borrosa al cerebro, en el período en que se desarrolla la visión en la infancia, es decir, en los primeros ocho años de vida. Esto provoca que el cerebro “aprenda” a ver borroso con ese ojo. Esta imagen distorsionada ocurre la mayoría de las veces con un ojo de aspecto normal y todas sus estructuras anatómicas sin alteraciones, y debe ser pesquisada a tiempo para evitar un daño permanente en la visión. En este sentido, la labor del pediatra es tener presente que el chequeo visual de todo niño a los 4 años es muy importante y no sólo cuando uno o ambos padres usan lentes ópticos.
¿Por qué se produce la ambliopía?
El envío de una información borrosa o defectuosa desde los ojos al cerebro puede deberse a tres situaciones: 1) uno o ambos ojos están desviados: Ambliopía Estrábica; 2) uno o ambos ojos necesitan corregir la visión con lentes por un error refractivo: Ambliopía Refractiva; 3) uno o ambos ojos tienen alguna patología que obstruye su eje visual: Ambliopía por Deprivación (ej. catarata congénita, leucoma corneal, ptosis o caída de un párpado).
Es importante agregar que a veces se pueden superponer algunas causas de ambliopía como, por ejemplo, un estrabismo asociado a un alto error refractivo que es asimétrico en un ojo respecto al otro. Al haber dos o más causas de ambliopía es bastante más difícil proporcionar un buen pronóstico al paciente y a sus padres antes de iniciar un tratamiento.
¿Cómo los padres o el pediatra se pueden dar cuenta que el menor tiene ambliopía?
La mayoría de las veces la ambliopía puede pasar desapercibida para los padres, salvo que noten una desviación ocular importante o una alteración notoria en la anatomía del ojo como, por ejemplo, una mancha blanca en la pupila o en la córnea. Es por ello que se reitera la relevancia del chequeo preventivo de todo niño a los 4 años, aunque no existan síntomas.
¿Cuál es el tratamiento más indicado en la ambliopía?
Una vez detectada la ambliopía debe ser tratada. Primero, se debe intentar la corrección de la causa que la produce. Por ejemplo, si un niño nace con una catarata unilateral debe ser operada lo antes posible para eliminar la causa de su mala visión en ese ojo. O si un niño tiene un error refractivo importante (miopía, astigmatismo o hipermetropía), se le debe recetar lentes ópticos para lograr la mejor agudeza visual posible.
La mayoría de las veces al mismo tiempo de corregir la causa de la ambliopía, hay que intentar estimular el ojo ambliope (u “ojo vago”) que no ha desarrollado bien su visión, penalizando el ojo bueno contralateral (por ejemplo, tapándolo con un parche), para que el cerebro esté obligado a utilizar únicamente el ojo ambliope por las horas que se use el parche. Otra manera de penalizar el ojo bueno es usar atropina en colirio que provoca visión borrosa por un período de tiempo en el ojo con mejor visión, y así, el cerebro usa más el ojo contralateral que deseamos estimular. Entre ambas alternativas, el parche es la opción más utilizada en nuestro país. Otra terapia más reciente, pero aún en investigación, es la estimulación de ambos ojos con videojuegos o películas especialmente creadas y adaptadas para el tratamiento de ambliopía, con distinto contraste en un ojo versus el otro que se desea estimular.
Respecto de las enfermedades que afectan la visión en los niños, además de los controles oftalmológicos a tiempo o regulares, ¿qué medidas preventivas pueden realizar los pediatras o los padres?
En los errores refractivos, el factor hereditario es muy relevante. Sin embargo, en el caso específico de la miopía el factor ambiental es algo que no se debe olvidar. Es por ello que, en todo paciente niño o adolescente miope, le indicamos aumentar el número de horas en contacto con luz natural de día y evitar permanecer bajo techo, o sea ser un niño “outdoor”. Este contacto con la luz ambiental de día favorecería la liberación de dopamina a nivel del globo ocular, lo que se cree que evitaría la progresión del proceso de elongación del globo ocular propio de los miopes. Bajo ese predicamento se pueden sugerir cosas prácticas como ojalá tener el escritorio para hacer sus tareas al lado de la ventana y recrearse con actividades al aire libre (ojalá 3 a 4 horas al día). Este factor ambiental es más efectivo si la herencia de la miopía no es tan fuerte, es decir, o los papás no usan anteojos o solo uno de ellos, pero con baja miopía.
Los pediatras también tienen un rol muy importante en la detección y búsqueda de rojo pupilar durante los controles de los niños, en especial dentro de los primeros dos años de vida, para lo cual es fundamental que tengan un oftalmoscopio en sus consultas. Esta simple medida preventiva ayuda mucho a la detección precoz de un tumor de origen ocular devastador, el retinoblastoma.
El uso excesivo de pantallas, que es muy frecuente el día de hoy, ¿afecta la visión de los niños?
El uso indiscriminado de pantallas en los niños, lamentablemente es una epidemia en el mundo actual, y provoca ciertos efectos negativos en la visión de los niños y adolescentes. En primer lugar, la mayoría de las pantallas se usan bajo techo y no al aire libre, con lo cual se favorece la aparición o progresión de miopía en un porcentaje de pacientes. Por otro lado, la estimulación permanente de visión de cerca acomodando (“enfocando”), se piensa que podría ayudar a la generación de miopía. Un tercer factor -que se ve especialmente en niños-, es la disminución de la velocidad de parpadeo a un tercio (o incluso menos) de lo normal, especialmente si están muy concentrados en un videojuego o viendo una película, con lo cual se genera sequedad en el globo ocular lo que puede provocar visión borrosa transitoria.