Los granitos de la pubertad
Fuente: Diario Mi Hijo Ed. 46La pubertad describe la etapa inicial de la adolescencia, momento en el que se producen transformaciones en cuerpo y mente, que marcan el final de la niñez y el inicio del desarrollo que llevará a ser adulto. Son muchos los cambios en esta época y el acné juvenil es todo un clásico.
Diversos estudios aseguran que la mayoría de los adolescentes padecen de acné, aquellos granitos rojos tan comunes de la pubertad que llamamos espinillas. Esto ocurre porque durante este período de la vida, los testículos y ovarios tienden a producir más andrógenos (hormonas sexuales masculinas), que están relacionados con un aumento de la producción de grasa desde las glándulas que se encuentran en la piel, y ésta puede llegar a acumularse, junto a diferentes bacterias que viven en la piel, causando una inflamación. Es en ese momento en que aparece el odioso granito. La zona donde se acumulan más de estos granitos o espinillas, es la llamada zona T de la cara: frente, nariz y barbilla, aunque también pueden aparecer en cuello, hombros, pecho y espalda.
Aunque todos hemos pasado por esta etapa y sufrido de granitos, el acné puede llegar a ser un gran problema para los adolescentes ya que en ocasiones puede ser muy intenso y extenso, pudiendo acarrear consecuencias importantísimas para su autoestima.
El acné se puede manifestar de muy variadas formas. Las más habituales son:
- Puntos blancos debajo de la superficie de la piel.
- Puntos negros en la superficie de la piel.
- Granos rosados abultados que pueden doler al tocarlos, llamados pápulas.
- Granos rojos en la parte inferior con pus en la parte de arriba, conocidos como pústulas.
- Granos de mayor tamaño y sólidos que se forman dentro de la piel y causan dolor, cuyo nombre es nódulos.
- Y quistes, granos que se alojan a más profundidad que tienen pus en su interior, causan dolor y pueden llegar a dejar cicatrices.
En cualquier caso, para controlar el estado de la piel es importante llevar una correcta rutina de higiene corporal y facial. Todos los días hay que lavarse la cara con un jabón suave y sin frotar con fuerza. En ocasiones, y bajo la supervisión médica, puede ser necesario una exfoliación o el uso de medicamentos de aplicación local que pueden ayudar a controlar el acné juvenil. También es recomendable evitar el uso excesivo de cosméticos ya que un error que cometen muchas adolescentes es ponerse muchas capas de base de maquillaje, y demasiado gruesas que no dejan respirar la piel. También existen algunos cosméticos adaptados que contienen algunos productos anti acné, que deben ser usados solo bajo recomendación médica.
Si tus hijos padecen de este problema, es importante insistirles en una alimentación saludable que evite el exceso de calorías y grasas saturadas, que procuren un aseo diario de la piel de la cara y acudir al dermatólogo para consultar cuál es el mejor tratamiento para el acné juvenil en aquellos casos en que las lesiones son muy extensas, ya que solo el especialista podrá evaluar si es necesario tomar algún tipo de medicamento o solo utilizar determinados productos de limpieza facial.
¡Ah! Y aunque sea muy tentador, evita apretar los granitos, la aplicación de pasta dental o manipular con alfileres, ya que se puede producir una infección que puede ser muy grave si abarca la cara o dejar cicatrices de difícil manejo.