Los niños: filósofos por esencia
Fuente: Diario Mi Hijo Ed. 47La inocencia de los niños y su curiosidad por saber, hace que durante la más tierna infancia se hagan preguntas fundamentales sobre la vida y la muerte, el por qué de las cosas y otras cuestiones propias de los grandes filósofos.
Alrededor de los 3 años de edad, empiezan a cuestionarlo todo y a hacer preguntas que no siempre son fáciles de responder. Los niños quieren saber sobre todo lo que les rodea, ponen en duda cada decisión que tomamos u ordenamos, y de cada cosa que hacemos. Esta curiosidad es fundamental en los niños, ya que así serán capaces de querer aprender por sí mismos, siendo el primer paso para su aprendizaje. Pero también es un momento en que podemos ganarnos su capacidad de confiar o no en nosotros, si les mentimos o les cambiamos las explicaciones a cada rato.
Y para saber cómo actuar, primero tenemos que entender qué es lo que realmente quieren, ya que en realidad no necesitan grandes explicaciones. Lo que ellos buscan es afianzar la relación que tienen con sus padres. Cuando pregunta sobre algo, lo que quieren es tener la atención de la mamá y el papá. Lo que hay que rescatar de todos estos cuestionamientos, es que los pequeños quieren hablar, contactarse con sus papás. Es por esto que es muy importante reaccionar a sus preguntas y tratar de no dejarles nunca sin ninguna respuesta, pero sobre todo, darse el tiempo de escucharlos.
En ocasiones, puede que el momento en que buscan atención no sea el más adecuado, justo los padres están muy atareados y no pueden dedicarles el tiempo que necesitan. Esto se puede ver, incluso, como algo negativo, ya que la mayoría de veces, sin darnos cuenta, sentimos que esa curiosidad es inoportuna. Pero no por ello deben quedar sin respuesta. Si estás ocupado y tu niño te pregunta algo, dile que su pregunta es muy interesante o importante, y que por ello requiere que la pienses un poco antes de contestarle. Esa es la recomendación.
La curiosidad es interés y motivación. Los niños exploran el mundo y siempre quieren saber más y más. Como adulto, debes respetar esa necesidad de exploración constante y tratar de potenciar esa curiosidad pues les hará más eficientes en el futuro. Los niños curiosos desarrollarán una mejor capacidad de observación, aprenderán mejor en la escuela, y se sentirán motivados a seguir aprendiendo. Así que saca de tu vocabulario comentarios como “deja eso”, “silencio”, “no seas cargante” o “no preguntes tanto”.
¿Cómo potenciar la curiosidad?
Es necesario crear hábitos y establecer normas y límites, pero de vez en cuando se pueden realizar cosas diferentes dentro de las rutinas diarias, como hacer un queque, o cambiar el cepillo de dientes por otro más divertido. Por lo tanto, practicar actividades que no esperen, les encantará.
También puedes demostrarles a tus hijos que te encanta que te pregunten cosas, y trata de estar preparado para poder responderle de una forme acorde a su edad y a su capacidad de comprensión. Los “por qué” de los niños van cambiando según la edad. A los tres años lo que busca el niño es socializarse y reforzar su lenguaje con los mayores, mientras que, a partir de los 6 años, buscarán explicaciones más profundas y racionales.
Con el tiempo, en lugar de solo contestar a sus preguntas, es aconsejable que les hagamos reflexionar y emitir sus propias opiniones, que busquen juntos otras fuentes como libros, enciclopedias, bibliotecas o internet. Así podemos hacer de este niño-filósofo un adulto amigo de la lectura y la cultura.